
Los aeropuertos suelen ser centros bulliciosos de actividad, una mezcla de emoción, estrés y largas escalas. En este caos, las salas VIP han surgido como refugios de comodidad, conveniencia y exclusividad. Para las empresas financieras, esta atracción representa no solo una oportunidad para atraer y retener clientes valiosos, sino también una vía para comprender mejor el comportamiento del consumidor en un espacio altamente competitivo.